¿Cómo afrontar la betaespera?
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Esto es lo que vas a leer en esta entrada:
Optimismo VS. Miedo ¿Quién ganará?

Hace 6 días fue la transferencia de mis pequeños Zipi y Zape. Ese día llegué a casa muy ilusionada y esperanzada. Me habían dicho que todo pintaba muy bien, que los embriones no podían ser mas bonitos y que mi útero no podía estar en mejor estado (casi como dar un embarazo por sentado). Llegué a casa casi eufórica, pero las horas pasaron, y al despertarme al día siguiente hice un pequeño amerizaje sobre las aguas turbulentas que caracterizan cualquier betaespera. De pronto llegaron lo miedos. Hasta la fecha he vivido siempre el “va a ser fácil” y he ido experimentando como vas cayendo cada vez más hondo porque las cosas no son como las esperabas. Y también es cierto que a más alto subes, más vértigo sientes después porque eres consciente de cuan grande puede ser la caída. A partir de ese momento empecé a hacer lo que me prometí que no haría: curiosear google y, sobre todo, compararme con mi anterior betaespera con resultado positivo… Y al final, todo se resume a una palabra: miedo.
Cualquier síntoma que pudiera tener, todo lo que sentí y experimenté comencé a buscarlo en mi cuerpo. Y como no era exactamente igual, como es inevitable empecé a rallarme… Diréis, ¿pero como quieres sentir algo un día después de la transferencia? Pues así de tonta fui a ello. Se perfectamente que todo lo que pueda sentir en estos días está más ligado a la medicación que a otra cosa, pero de alguna manera necesitamos agarrarnos a los pequeños síntomas que podamos tener, como si de un flotador se tratase en ese mar agitado de miedos e incertidumbre.
Si algo tengo que decir, es que esta espera está siendo diferente. No estoy reaccionando igual a la medicación. En mi anterior transferencia tuve problemas de estreñimiento y ahora lo tengo con la acidez estomacal. Todo debido a los altos niveles de progesterona y estrógenos, de lo cual, cualquier betaesperante va bien servida. Por otro lado, en el plano emocional, está siendo menos intenso… quizás sea porque esta no es mi única oportunidad (tengo 5 maravillosos embriones vitrificados esperándome), y que si la beta es negativa hay un camino claro y certero por el que seguir.
Y la pregunta del millón es….
¿Cómo afrontar la betaespera?
El día de la transferencia nos dieron un folleto informativo en el que nos daban una serie de pautas para llevar estos días de la mejor manera posible. Trae consigo una serie de consejos que se acercan a lo que viene siendo el sentido común en nuestro día a día: recomendaciones sobre alimentación, estilo de vida y plano emocional.
Intentar estar tranquilos
En lo que respecta a estar preocupados, la verdad es que es algo que no nos ayuda en absoluto. Hay que tener en cuenta que durante la implantación se produce un proceso molecular y bioquímico en el que el embrión y el útero empiezan a comunicarse. La incidencia física por parte de la madre es mínima y poco se puede hacer para ayudar al proceso realmente. Si se tiene que dar, lo hará, independientemente de lo que hagamos o dejemos de hacer. Visto así, eso de he reposado lo suficiente o no, si he hecho este movimiento o no, si he comido esto o no... ¿Hasta donde debería preocuparnos? Por lo que he leído en Asia, en las clínicas, las mujeres salen andando directamente tras la transferencia y el reposo de 10 minutos que hacemos es más para tranquilizar nuestra mente porque es muy difícil quitarnos el temor a “se va a caer”. En mi primera transferencia, en cuanto le pregunté a mi doctora por lo que debía hacer a partir de ese momento, su respuesta fue: “Tu haz lo que creas que debas hacer, pero con sentido común. Si hay algo con lo que dude, que no lo haga“. Esa ambigüedad me llevó a centrarme en la idea de que estos días se centran más en nuestros miedos que en lo que verdaderamente está ocurriendo en nuestro cuerpo.
En este sentido, expresarse y sacar todo lo que tenemos dentro viene muy bien. Yo en estos días reconozco que he llorado y me he expresado libremente con mi marido y mis padres. Hacerlo me ha venido muy bien y puedo decir que esta segunda parte de la betaespera la estoy llevando algo mejor.
Hábitos de vida saludables
Por otro lado, no hay que olvidar que, hasta que la beta no diga lo contrario, estamos embarazadas, por lo que no está de más cuidarse como si lo estuviéramos, pero sin obsesionarnos. Lo ideal sería adoptar buenos hábitos de vida y alimentación. Como me comentaron en la transferencia: “Para estos días, lo mejor es la dieta mediterránea, paseitos, vida tranquila y no abusar de los carbohidratos“. Por ello, para empezar, aunque intento tener una vida tranquila procuro no caer en el sedentarismo. Me doy varios paseitos al día de unos 40 minutos (siempre con una música amena) e intento hacer actividades en casa que requieran poco esfuerzo y me ayuden a moverme. El estar en movimiento ayuda a que la sangre circule por el organismo y eso favorece a la implantación. Para contrarrestar, dedico ratos al sofá para leer y/o ver la televisión para estar distraída (series y películas molonas cuentan), y he empezado a colorear mandalas para ayudarme a estar más relajada y tranquila.
Cuidar la alimentación
En cuanto a la alimentación, es algo a lo que le dedico especial cuidado. Las comidas procuro que no sean muy fuertes. Desde que inicié mi dieta con el endocrino mis ingestas suelen ser poco calóricas y libres de grasas. Aunque no la llevo estrictamente si procuro mantener una serie de pautas a la hora de tomar muchas verduras y frutas, lo cual me ayuda a favorecer el tránsito intestinal. Aunque no suelo tener problemas de estreñimiento, durante la betaespera (esta y la anterior) he tenido complicaciones a la hora de ir al baño, para lo que he aumentado la ingesta de fibra y cereales integrales, además de beber abundante agua, yogures Bifidus para favorecer el tránsito y el clásico de toda la vida: un kiwi en ayunas. Al igual que las embarazadas que no están inmunizadas de toxoplasmosis, procuro tener cuidado a la hora de limpiar las verduras, que los quesos sean pasteurizados y evitar tomar embutidos. De vez en cuando tomo algunos frutos secos y guacamole y sobre todo, sigo los consejos de mi compi de batallas, autora del blog Donde nadie oye mi voz.
Os recomiendo la lectura del libro de Virginia Ruiperez González, Fertilidad Natural. De el saqué consejos muy buenos que resultaron ser de gran utilidad.
Fuera tabaco y alcohol
En cuanto a los tóxicos y estimulantes, estos días se convierten en el momento ideal para dejar de fumar y abandonar los hábitos que se puedan tener relacionados con el alcohol. Yo ni fumo ni bebo, pero si reconozco que soy amiga del buen vino y de las cervecitas. Estos días no estoy bebiendo nada que no sea agua… El vino descartado, la cerveza 0,0 también porque no me convence el gas para estos días, y como tampoco he sido muy amiga de los refrescos, pues nada, agua fresquita, que no le hace mal a nadie. Más adelante, si sale bien, quizás me decante por el Nestea o alguna cosa variada… ¿Vosotras que bebéis si salís con amigos?
La CAFEÍNA: ¿amiga o enemiga?
En lo que se refiere a la cafeína, me pasé al mundo del descafeinado hace unos años, pero últimamente he cogido el hábito de tomar un buen café de grano natural 100 % arábigo, recién molidito y hecho en cafetera italiana. Este tipo de café tiene muy poca cafeína y tiene unas propiedades antioxidantes increíbles. Aún así, para estos días tengo la versión colombiana descafeinada que está muy suave y sabe de maravilla. Este tipo de café se suele comprar en tiendas especializadas, ya que en los centro comerciales y en las marcas conocidas suelen usar el otro tipo de grano robusta, que tiene una cantidad bastante más elevada de cafeína y su calidad es inferior… Por otro lado, ¡el torrefacto es algo que he eliminado drásticamente de mi vida! No soporto su sabor amargor, y al estar tostado con azúcar su aporte calórico es más elevado. De todas formas, nunca es bueno abusar de la cafeína, ya sea de un tipo o de otro, por lo que se debe controlar la ingesta.
A modo anecdótico, este tipo de café es el que está empezando a tomar mi marido (2-3 tazas al día) ya que vimos un estudio que indicaba que este tipo de café favorece la estimulación cerebral y neuronal, lo que le ayudaba a rendir mejor en su puesto de trabajo y bajar los niveles de estrés, hecho que dificultaba sus niveles espermáticos… Así que otro punto a su favor 😉
En la próxima entrada os hablaré de los psicosíntomas, esos pequeños malestares que creemos tener y que muchos vienen motivados por la medicación: estreñimiento, dolor tipo regla, reflujos, pechos molestos… Hasta el día 25 no tengo la beta, así que tendré material para redactar un post jejeje. Mientras intentaré distraerme con un libro bonito (que aunque tenía varios sobre infertilidad preparados, me he decantado por novelas sencillas que me ayudan a desconectar).
Os recomiendo esta lectura para este momento de espera. Podéis consultar la reseña en mi blog.

¿Qué consejos podrías darnos para estos días?
Uy las dos un rato miedo otra optimismo , NO ES FACIL , pero ya queda poco asi que como te dije antes aqui ando cruzando todos mis dedos por que tus pequeños se queden por siempre ! Un abrazo
Es normal que te sientas asi y en busca de esos síntomas que todas ansiamos, pero tú tranquila que lo estás haciendo genial y nos vas a dar un gran positivo. Guapa un besazo
Buenos días! !!! Compañera de betaespera. Mi transfer fue ayer (mi segunda FIV) está vez me pasa como a ti, mucho más relajada porque si no sale bien tenemos 9 blastos preciosos congelados!!!!
No podemos hacer más que esperar y disfrutar porque como bien dices hasta que no se demuestre lo contrario estamos embarazadas!!!!
Besos y suerte,
Rosetta
Cielo, es inevitable pasar por todo tipo de pensamientos contradictorios por más que nuestra intención sea mantenernos positivas y sin recurrir a San Google, al final caemos… Ains…
Yo no soy de dar consejos, pero a mí me vino muy bien para estar algo más tranquila y vivirlo más feliz, pensarme como embarazada desde el minuto 1, al final tuvo final feliz como sabes, pero de no haber sido así, al menos fue una bonita betaespera (con sus altos y bajos) y en otras que he ido con mentalidad catastrofista para ponerme coraza de protección, luego no ha dolido menos la caída, así que ¡a vivirlo de manera positiva!
Confío en que tu gran noticia sea la mejor, confía en tu cuerpo y tus peques y toda la suerte de la buena del mundo.
Un besazo!