Las primeras habilidades sociales en niños

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¿Cuando empieza el niño a sociabilizar?

A mi hija de dos años y medio siempre le ha costado adaptarse a los nuevos entornos. Incluso cada vez que tenía delante a algún desconocido lloraba desconsoladamente por miedo. Desde muy bebé siempre estrañó muchísimo, incluso a los propios abuelos. Pocos brazos quería salvo los de su madre. Aunque poco a poco los ha ido aceptando e incluso en algunos momentos preferirlos a los míos.

Aunque poca teoría puedo aportar sobre las habilidades sociales en niños, con mi experiencia he podido ver como estas se van desarrollando a lo largo de tiempo. Y como de forma incipiente empiezan a surgir desde que son bebés. Desde mi opinión los propios brazos, los abrazos, los besos, la alimentación, el juego… Todo ello son primeras fórmulas de socialización que poco a poco van evolucionando. En el caso de la pequeña Mary vimos que le costó mucho arrancar fuera de mi, pero al paso del tiempo, poco a poco esas primeras habilidades sociales fueron ampliándose al núcleo familiar más cercano.

Esa actitud temerosa de la que os he hablado ha ido evolucionando hasta alcanzar un estadio de timidez. Fuera de casa se suele mostrar vergonzosa. Ya no llora desconsoladamente pero si esconde la cabeza y evita el cruce de miradas con las personas ajenas a su rutina. Es una niña que necesita tiempo para conocer y alcanzar el grado de confianza que necesita para poder interactuar con la persona que tenga delante.

Cuando el niño sale por primera vez de casa (la guardería)

A la pequeña Mary le costó bastante adaptarse a la guardería. Únicamente había estado conmigo en casa y ese cambio resultó muy duro para ella. Cuando empezó aún no tenía ni dos años. Edad suficiente para ser consciente del cambio pero no para aceptarlo, entenderlo y asimilarlo. Pasaron 3 meses desde que empezó en los que cada mañana lloraba cuando la dejaba en clase.

Llegué incluso a replantearme que dejara la guardería ya que no notaba mejoría, pero tras ser ingresada por una bronquiolitis severa tuvimos que sacarla una temporada. Ese lapso de tiempo coincidió con la llegada de su hermanito. Lo que requirió de un periodo de adaptación complicado.

Cuando pasaron los meses y ya había transcurrido un tiempo desde que cumplió los 2 años, decidimos que había llegado el momento de volver a la guardería de nuevo. En este momento nos replanteamos llevar a cabo un nuevo proceso de adaptación paulatino para favorecer su integración de nuevo en el centro. Eramos conscientes de que la otra vez, antes de sacarla no había terminado de adaptarse. Así que intuíamos que esta segunda vez sería como mínimo similar a lo que se le añadía la circunstancia de que sabía donde iba a ir.

El resultado nos dejó anonadados. Nos llamaron de la guardería para decirnos que no hacía falta que fuéramos a recogerla de forma anticipada ya que estaba como si el tiempo no hubiera pasado e incluso mejor. Cuando fui a por ella estaba muy contenta y animada. Le había encantado volver y de pronto tener un espacio de juego propio ajeno a lo que tenía en casa.  No sabemos si fue que algo se activó en su cerebro porque era lo que le correspondía en esa pequeña parcela madurativa, o que la llegada de su hermanito había influido hasta el punto de necesitar de un espacio donde divertirse y participar activamente en algo diferente.

A partir de ese momento empezó a ser otra… En el parque observaba a otros niños e incluso se acercaba poco a poco para curiosear en el juego que tenían. Empezaba a poner interés en el entorno e incluso a tener amigos propios.

Y de pronto llega la palabra “amigo”

El tiempo ha seguido pasando y poco a poco ha ido definiendo su propio entorno. Sus propias habilidades sociales han ido tomando forma. De pronto empieza a querer relacionarse con otros niños e incluso empieza a usar por primera vez la palabra “amigo/a“. La tiene todo el rato en la boca. De hecho tiene una “mejor amiga” de la que no para de hablar y solicitar su presencia para las actividades que ella considera rutinarias en su labor de socialización: parque, patio, moto, pelota, etc.

Pero este concepto ha ido evolucionando y empieza a mencionar otros nombres de niños de su guardería que yo no conozco. Como madre que vive esta experiencia por primera vez, esto resulta ciertamente “terreno desconocido”, y no se muy bien que es lo que se debe esperar cuando se llega a hitos como este.

Sociabilizar, tanto para lo bueno como para lo malo

Como os he comentado antes, de pronto llega el momento en el que surge dentro del vocabulario de un niño la palabra “amigo/a”. En el caso de la pequeña Mary esta palabra forma parte de ella desde hace tiempo, pero de pronto ha empezado a usarla de una forma mucho más frecuente e intensa.

A mi me emociona mucho cuando cuando me llama amiga o cuando usa esta palabra para dirigirse a su hermano pequeño. Pero la gran sorpresa fue cuando el otro día en el parque la utilizó por primera vez. Fue al llegar cuando de pronto empezó a dar saltos de alegría y salió corriendo para ir a buscar a unas niñas de su clase a las que llama amigas.

Me hizo mucha gracia ver como las buscaba, e incluso me percaté como de pronto se hizo un pequeño corrillo entre ellas y la pequeña Mary intentó introducirse dentro e iniciar su propio proceso de sociabilización.  Me percaté de como me miraba con el rabillo del ojo con una sonrisa de orgullo como diciéndome “Mira lo que hago y mira lo que tengo”… Pero de pronto me percaté que la situación no era tan idílica y que había algo en esa relación que no me gustaba tanto.

¿Como afrontar el rechazo?

Una de las niñas, justo a la que mi hija intentaba acercarse más, le estaba haciendo vacío. Le ponía el brazo por delante para apartarla y no dejarla pasar. La pequeña Mary intentaba abrazarla pero la otra niña se mostraba esquiva y salía corriendo. Incluso jugaba a que mi hija fuera detrás de ella.

La pequeña Mary la perseguía por el parque. Imitaba sus movimientos. Intentaba estar cerca de ella, pero la otra niña no hacía más que rechazarla y hacerla vacío. En primera instancia intenté mantenerme como espectador, luego intenté crear un juego para ambas para que la otra niña interactuara con mi hija y finalmente no me quedó otra que apartarme de nuevo para esperar el momento inevitable. Momento en el que mi hija vendría a mi llorando.

No se que fue lo que la dijo la niña, pero la pequeña Mary se acercó muy triste pidiéndome que la llevara al columpio.  En ese momento lo que me salió de dentro fue abrazarla, darla mimo y jugar con ella a lo que quisiera. Me propuse sacarle una sonrisa y lo conseguí.

Al volver a casa insistí en que me hablara de “su amiga”, que como era y como jugaban… Prácticamente la información que le saqué era básicamente lo que que ya había visto. Aunque me dolió enormemente que mi hija tuviera que hacer frente ya a situaciones como esta, fui consciente que crecer trae consigo experimentar nuevas emociones relacionadas con el rechazo.

Había dejado se ser un bebé para abrirse camino en la niñez. Es un camino que debe explorar por si misma bajo mi atenta mirada. No puedo tenerla en una burbuja y aunque me de miedo que puedan hacerla daño debo aceptar que tiene que crecer y madurar. El mundo es hostil, incluso en la propia infancia ¡Ay como duele esto!

Esa niña no está obligada ni mucho menos a querer o aceptar a mi hija, pero la pequeña Mary debe aprender en profundidad lo que significa ser amigo/a. Para ello me he propuesto, por consejo de una buena amiga, hablar con ella y explicarle lo que significa ser amiga…

Qué es lo que se espera de los amigos, la reciprocidad del afecto, el juego compartido, la afinidad entre personas… A esto también quiero añadirle otros pilares como gestión de las emociones y autoconfianza.

Así que poco a poco lo iremos trabajando, ya que tanto madre como hija tenemos que explorar y conocer un mundo que es nuevo para ambas.

Así que este es el nuevo plan de mamá.

Un plan de aprendizaje.

Un plan de viaje hacia una niñez feliz llena de juego y satisfacción.

Una niñez con buenos amigos.

Amigos afines y de los de verdad…

¿Lo conseguiremos?

¡Esperemos que si!

Poco a poco os iré hablando de todo esto en el blog

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¡Qué se entere todo el mundo!

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