Los síntomas de embarazo
Impactos: 2851
Esto es lo que vas a leer en esta entrada:
Vienen y van, cada una es diferente y el miedo forma parte de ellos…
Llevo bastante tiempo queriendo publicar esta entrada para hablar de los síntomas que he experimentado en estos primeros meses, los cuales han ido cambiando de unos a otros de una forma que me ha resultado bastante peculiar… Imagino que ser primeriza y después de haber experimentado el camino de la infertilidad, los miedos y la incertidumbre también juegan malas pasadas en esta nueva etapa.
De esto último surge una pequeña cosita por la que os quería pedir perdón, ya que tengo un poco abandonado el blog, el que era mi pequeño proyecto para ayudarme a convertirme en mami. Lo he dejado un poco de lado y por ello me siento mal. De alguna manera no me he sentido preparada para hablar del embarazo (solo sabía hacerlo de infertilidad y de pronto me he sentido muy rara). Me está costando un poco creerme este sueño que estoy viviendo en primera persona y ello también me hace sentirme algo mal, porque Zipi se merece esto y más (al igual que vosotras). A esto se ha sumado que durante estas semanas me ha costado mucho concentrarme y no he sido capaz de ponerme ante el ordenador, un libro o incluso una película… Me he vuelto muy perezosa, lo que supongo que también es normal…
En esta entrada quería hablaros de los síntomas que he experimentado en estos dos meses de embarazo… Desde que tuve el positivo no he hecho otra cosa que inspeccionar mi cuerpo y analizar los primeros cambios que empezaban a darse en él. Como ya os he ido contando en entradas anteriores a lo largo de la betaespera empecé a sentir pequeñas cositas relacionadas con la medicación (progesterona y estrógenos), como algún episodio leve de estreñimiento y algo de acidez ante comidas que resultaban ser más fuertes.
- Lo primero que sentí tras la beta fueron las pequeñas molestias abdominales tipo dolor menstrual de las que ya os he hablado en otras ocasiones. Estos dolores llegaron incluso a pasarse a los riñones, lo cual me dijeron que aunque no fuera lo más habitual podría darse ya que a algunas mujeres que les pasaba ya indicaba el tipo de parto que se podría tener. Yo estoy acostumbrada a tener dolores tipo regla bastante fuertes, por lo que al empezar a tener pequeños cólicos no me preocupó en absoluto. Me limitaba a relajarme, descansar y esperar a que pasaran. Pero un día, antes de la revisión en mi clínica de fertilidad me vino un cólico muy fuerte, de los que te dejan clavada en el sitio. Sentí una punzada muy grande que me descompuso entera y me tiré después toda la tarde con un dolor tipo regla muy intenso, que no terminaba de irse. Si os soy sincera, como ese síntoma no lo tenía identificado e investigar en el doctor google no ayuda en absoluto, no pude evitar rallarme y terminé llamando a mi clínica. Me atendió una enfermera encantadora que pudo tranquilizarme. Me dijo que eso era absolutamente normal, quizás no lo más habitual, pero que no era indicativo de nada malo, sino de todo lo contrario. Este tipo de molestias se deben a los primeros cambios que se están produciendo en nuestro cuerpo, sobre todo en nuestro útero. Se bombea más sangre por esa zona y el crecimiento está empezando, por lo que hay que entender que no es inerte. También se da el hecho de que la propia medicación favorece que ocurran estas cosas. Los mismos gases que vienen provocados por la progesterona hacen que se incremente el umbral del dolor y que el propio cólico sea mucho más intenso. Y eso creo que fue justamente lo que me pasó a mi. Me recomendó ponerme una mantita eléctrica cada vez que me diera la punzada, y así lo hice en las veces que ese mismo dolor se repitió, ya que se relaja la musculatura y se alivian esas contracciones iniciales del útero.
- Los siguientes síntomas que he ido experimentando a lo largo de este primer trimestre fueron las famosas nauseas, sabor metálico en la boca, ascos a determinados alimentos, adversión a los olores y algún que otro vomito. En mi caso los síntomas llegaron pronto, pero siempre fueron leves… Más por la tarde-noche que por la mañana. Incluso he podido comprobar que estos eran cíclicos, ya que no todos los días estaba igual, incluso podría pasarme una semana entera sin sentir absolutamente nada. Reconozco que al principio esto resultaba ciertamente preocupante e incluso también llegué a llamar a mi clínica para preguntar si era cierto eso de que “los síntomas vienen y van” y me dijeron que realmente esos síntomas no son indicativos de nada. El cuerpo responde como quiere a las hormonas, las tolera más o menos y se va adaptando según puede. En mi caso, en este sentido, puedo decir que he tenido suerte. Es verdad que he tenido días malos, que alguna vez he vomitado (pocas la verdad), que me he revuelto, que el tema de los olores me ha jugado malas pasadas, pero he estado bien y puedo decir que el comienzo del embarazo ha sido realmente bueno.
- Por otro lado, al comienzo del embarazo empecé a notar más hambre, e incluso cuando me levantaba por las mañanas me daban pequeños mareos (bajadas de azúcar). Para ello, aumenté la ingesta de alimentos y la frecuencia a la hora de tomarlos. Incluso me levantaba antes de tiempo para desayunar y luego volverme a acostar. Con esta pauta en un par de días volví a estar como una rosa, incluso volví a notar más energía y pude controlar las primeras nauseas que empecé a experimentar en esas semanas.
- Otra cosa que empecé a notar al poco fue que los pechos empezaron a estar más grandes y sensibles. Siempre he sido de poco pecho y este punto lo noté realmente pronto. Ni con las estimulaciones ni con el embarazo bioquímico llegué a notar los pechos como los tengo ahora. La aureolas están mucho más grandes, e incluso tengo algunas venas alrededor muy marcadas. La sensibilidad en algunos momentos hace que no pueda ni siquiera abrazar a mi marido… Pero como es algo bueno ¡Qué crezcan y duelan!
- A lo largo de estas semanas otra cosa que había notado era más cansancio. Suelo llevar una vida tranquila así que he procurado estar siempre descansada, pero aún así he notado que por las noches me quedaba dormida antes de lo que acostumbraba y por las tardes me echaba unas siestas muy largas (de las que luego te despiertas aún más cansada y revuelta). Por otro lado, me notaba más espesa. Me costaba concentrarme (sobre todo por las tardes) por lo que me era muy difícil ponerme frente a un ordenador o un libro. Puedo decir que la pereza ha formado parte de mi vida estos días 😉
- El último síntoma de todos, es que me he notado mucho más sensible y voluble. De pronto he sentido una gran necesidad de afecto y mimos. Me ponía triste cuando me quedaba sola y por las noches a pesar de estar agotada y morirme de sueño, hasta que no llegaba mi marido y me acurrucaba en él no podía quedarme dormida. En esta etapa he recurrido al chantaje emocional más que en toda mi vida, y por ello me siento mal, porque yo no soy así, y eso de echarle la culpa a las hormonas no va conmigo… En fin ¡Qué le vamos a hacer! ¡Como siempre digo, James tiene el cielo ganado!
Estos han sido principalmente los síntomas que he experimentado a lo largo del primer trimestre. La mayoría de ellos ya han desaparecido. Algunas veces me noto algo revuelta pero ya es algo muy puntual. Ya no tengo problema con los olores y me noto más enérgica. Poco a poco los miedos van desapareciendo y la ilusión de que esto nos está ocurriendo verdaderamente está llenando nuestras vidas. Poco a poco iré retornando el blog, ya que tengo muchas cosas que contaros: Problemas con la alergia primaveral en el primer trimestre, mi prueba del triple screening, dar la noticia del embarazo a amigos y familiares, y como no, retomar mi querida sección #ExperienciaInfertil.
De todas formas, durante esta etapa me ha venido muy bien la lectura del libro ¿Qué esperar cuando estás esperando?, en el que se responden muy bien las preguntas que pueden surgir a lo largo del embarazo. En este caso, los síntomas del primer trimestre ¡Altamente recomendable!. Espero que os ayude tanto como a mi.

¿Cómo fueron vuestros primeros síntomas de embarazo?