Oficialmente en betaespera
Impactos: 611
Ya tengo a mis Zipi y Zape conmigo
Ayer por fin fue la deseada transferencia de embriones, el día en el que pudimos traernos a casa a nuestros pequeños Zipi y Zape…
Ese mismo día por la mañana recibimos una llamada de la clínica en la que nos informaban de que uno de los embriones se había parado por lo que, a día 5 desde la punción, teníamos 7 blastocitos de calidad. Los dos mejores fueron los que prepararon para la transferencia y los otros cinco fueron vitrificados para reservarlos para más adelante. Como ya os adelanté en la entrada anterior, teníamos para nosotros 8 maravillosos embriones que habían alcanzado el tercer día con una buena división celular. Por lo que se ve uno de ellos empezó a pararse en ese momento y no pudo llegar al día 5.
Según nos comentaron hace un par de días en laboratorio, confiaban que de esos 8 pudieran quedar al menos dos blastocitos de calidad para transferir y otros dos para vitrificar. Quise confiar en ello, ya que aunque me daba pena que se perdieran en el camino era una realidad que estaba ahí, y cualquier escenario era muchísimo mejor a lo que estábamos acostumbrados. Así que, cuando comentaron que solo uno se había parado y que teníamos 7 para trabajar… ¡Poco más y ni me lo creo! Fue un subidón único. El gran chute de serotonina que necesitábamos.
En esa misma llamada confirmaron que teníamos programada la transferencia para por la tarde, ya que habían tenido complicaciones a la hora de organizar el trabajo en quirófano. No me importó mucho, sobre todo porque sabiendo que todo estaba bien, que más podía dar esperar esas horitas de más… Al final supuso tener más tiempo para prepararse y asimilar que quizás exista la posibilidad que, desde ese momento, el embarazo pueda ser por fin una realidad completa.
« Juntos… llegamos muy lejos »

Así que, tras ponerme mis calcetines molones de la suerte, cogimos rumbo a la clínica para recoger a nuestros pequeñines. Como llegamos con mucho tiempo de antelación, nos dimos un paseo por los alrededores mientras me tomaba el medio litro de agua que llevaba preparada en una botellita. Cuando llegó la hora exacta en la que debíamos entrar, nos dirigimos a la centralita donde cogieron unas pegatinas y nos acompañaron hasta la sala de espera. En cuestión de pocos minutos llegó la enfermera que nos llevó hasta nuestra habitación donde me tenían reservados un camisón, un gorro, zapatillas y unas calzas. A James también le dejaron una bata, gorro y calzas para que pudieran entrar con nosotros en quirófano.
Al poco rato llegó a la habitación la doctora que nos iba a hacer la transferencia de embriones. Una mujer, que no conocía, pero que era encantadora. Nos empezó a hablar de nuestros Zipi y Zape, y nos comentó los bonitos que eran, y que los que habían sido vitrificados también lo eran. Aprovechó para darnos algunos detalles de nuestra donante: una chica de 22 años que compartía mi mismo grupo sanguíneo, y que había sido sometida a una anterior estimulación con gestación confirmada. Ello me hizo animarme mucho y entender, sobre todo, como pueden cambiar las cosas en función de la edad y del tratamiento adecuado para cada caso en concreto.
A los pocos minutos ya estábamos dentro de quirófano y todas las enfermeras empezaron a estar a mi alrededror transmitiéndome mensajes de cariño. Al poco llegó la bióloga para confirmar nuestros nombres y nos dio muchos ánimos y nos habló de nuestros embrioncitos, definiéndoles como “preciosos”. La transferencia duró poco, casi ni me enteré. James intentó hacer una foto, pero fue un desastre ¡No se veía nada!… Al final vi claramente esa gotita brillante en la pantalla. Ese puntito de luz que podía convertirse en mi sueño más anhelado, y sentí mucho amor, mucho entusiasmo y, sobre todo, esperanza. Quizás no tenga la fotografía de los embriones, pero si una ecografía en la que se ve ese puntito. Quizás no se distinga nada, pero es su primera ecografía y la tengo en mi poder 😉
La doctora nos comentó que la transferencia había sido limpia y sencilla, que el útero y el endometrio estaban perfectamente y que, ello unido a la calidad de los embriones, hacía que por primera vez tuviéramos las estadísticas a nuestro favor. Imaginaros mi sonrisa de bobalicona… No me emocioné de milagro. Nos dio una hojita informativa sobre las pautas que debía seguir en estos días y nos dió la fecha para hacernos la beta: el 25 de abril por la mañana.
Es cierto que pueden pasar muchas cosas, pero me gusta ser optimista y creer que este sueño es posible. Hasta ahora las probabilidades siempre jugaban en nuestra contra, y todo era tensión, nervios y frustración. Ahora no, es todo lo contrario. Se que mi sueño puede nublarse en cualquier momento, pero hoy prefiero vivir de la luz que me dan mis dos solecitos. Así que voy a confiar en ellos, es mi misma, en los profesionales que han llevado a cabo este proceso y en esa joven hadita que ha hecho que esto sea posible.
Así que, mis pequeñines, solo puedo deciros una cosita… ¡Quedaros con nosotros! Quedaros por nueve meses y una vida entera… Jugaremos, nos reiremos, nos mimaremos y nos daremos todo cuanto tenemos, y todo ello, con mucho amor… y que sea un para siempre.
Que bueno que Zipi y Zape ya esten contigo ! y que se queden contigo para siempre !!!! un abrazo !
Ainnn ojala se queden mis pequeñines… Intento hablarles, incluso hacerles pequeños chantajillos emocionales… Que ganas de saber si siguen conmigo. Bsitos!!
Claro ,!tienen que quedarse ! Un abrazo enorme ! Para cuando es la beta?
La tengo el 25 ¡Quedan 6 dias aun!
Voy a estra muy muy pendiente cruzando todos mis dedos ! La mia es el 2! Un abrazo 😉
Me emociono contigo. Te leo desde Venezuela, vivo tu ilusion. Mi transferencia es para el 13 de mayo, jjusto un mes después de la tuya. Leo tus consejos y sigo tus consejos. No dejes de comentar como vives la beta espera, sin saberlo tu, muchas te leemos en silencio y vivimos la misma aventura. Bendiciones para zipi y zape y a salir adelante.
Mi niña, muchísimas gracias por tus palabras. Has hecho que me emocione… Estos días están siendo especiales, a ratos optimista y esperanzada, y a otros ratos con miedos y angustia. Muero de ganas porque llegue esa beta positiva que me diga que están conmigo … Un fuerte abrazo cielo y mis mejores deseos para el 13 de mayo. Cuando nos queramos dar cuenta habrá llegado. BSS!!
¡¡Qué sea un para siempre!!! Ganas ya de que nos des las mejores noticias.Un beso preciosa
Mi niña, muchísimas gracias… Ojalá no tarde mucho y en pocos días pueda escribir aquí el último capítulo de esta betaespera con un “fueron felices y comieron perdices” 😉
Tesorico, como tú dices pasar, puede pasar de todo peeeeeeeeeeero… estás embarazadaaaaaa!!!!!! y eso es lo que cuenta ahora!!!!!
Me ha emocionado mucho leerte y he de confesar que me has hecho viajar en el tiempo 🙂
Te deseo una feliz espera y que esos peques se queden con vosotros toda la vida
Un muaaaaaaaaaaaak enorme!!
Ay mi niña querida… Pues claro, al menos hasta que llegue la beta, estamos embarazados James y yo, y por ello, actuamos, comemos y descansamos como si estuviéramos embarazados. De hecho, tengo dentro las hormonas de una mujer embarazada, así que hasta nueva orden a vivir esta etapa jejeje Qué ganas tengo de que pase esta semana, ya va quedando menos hasta el día B. Un fuerte abrazo… Pronto estarás aquí de nuevo y la ovoconga brincará con más fuerza que nunca. Un besazooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.
Que alegría !!! Ahora se quedaran para siempre contigo. No dejes de contarnos que tal la betaespera!!! Me emociono al leerte
Laura, muchísimas gracias por tus palabras. Ojalá mis pequeñines se queden con James y conmigo por siempre. Estos días están siendo ciertamente especiales, optimismo vs miedos… A ver si al final gana el primero, que al menos tiene más letras y pesa más jejeje… Un fuerte abrazo cielo!!!
Muchísimas gracias cielo… Ojala se queden por siempre 😉 Un fuerte abrazo
Muchísima suerte para éste lunes. Yo no hice nada especial en mis betas, por suerte sólo he tenido dos, aunque en la segunda hice algo que leí por ahi, no se dónde, que creo que decía que beber agua de coco favorecía la implantación, no creo que eso fuera decisivo pero quizás ayudó 🙂
En cuanto a síntomas no tuve ninguno, a parte de tener la tripita un poco hinchada que ya la venía teniendo así por la progesterona. De hecho en cuanto a síntomas ahora que estoy de 11 semanas a penas tengo, con lo cual si todo va bien, este bebé se está portando fenomenal jejeje.
Por cierto vas a poder esperar al lunes? no vas a hacer un pipí test este finde????
Bueno sea cono sea, este plan sabes que va a funcionar, si no son Zipi y Zape, serán Pili y Mili en la próxima, sabes que tienes varios intentos aún, aunque ninguna queremos que nuestros pequeños no alcancen a vivir en nuestro vientre. Mucho ánimo y besitos, estoy esperando tu siguiente post, me encantan.